Es de sobra conocida la devoción/predilección que tenemos en Garaikideak por Dimitri Shostakovich. Sin embargo, hay otro gran sinfonista, infinitamente menos conocido por el gran público que el genio de San Petersburgo, del que se cumplen ahora cien años de su nacimiento. Estamos refiriéndonos al compositor sueco Gustav Allan Pettersson (1911-1980) Es sorprendente que incluso en algunas de las doctas monografías sobre la música del siglo XX (ahorramos la cita) hay un injusto silencio sobre su extensa y pródiga obra. Baste aquí nuestra admiración y tributo hacia un autor por (re)descubrir.
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