Recibió en 1969 el Premio Nacional de Bellas Artes, junto a Tomás Marco, por la obra Diálogos para dos sextetos de cuerda u órgano. Hasta ayer, Lorenzo Ondarra era el compositor navaro vivo con mayor número de obras estrenadas.
Nacido en Bakaiku el 20 de noviembre de 1931, Ondarra recibió sus primeras lecciones de música de su hermano seminarista Tomás (1924), sacerdote y organista. Desde el ingreso en el Seminario Capuchino de Alsasua (1942), además de formalizar sus estudios eclesiásticos, realizó los de solfeo y piano. Una vez ordenado sacerdote, en el año 1954, estudió Gregoriano durante tres años en Vitoria y Salamanca, disciplina que perfeccionó luego en Montserrat. Realizó los estudios de Órgano y Composición con Tomás Garbizu y Francisco Escudero, respectivamente, siendo premio fin de carrera en ambas especialidades. Acudió a la Academia Chigiana de Siena (Italia) con Petrassi y Borin Porena. En la década de los 70, asistió en repetidas ocasiones a los Cursos de Verano de Darmstadt (Alemania), con figuras de la vanguardia internacional como Stochhaussen y Ligeti.
Lorenzo Ondarra destacó sobremanera por su labor compositiva, especialmente de música coral. De hecho, sus obras fueron estrenadas, interpretadas y grabadas por los más prestigiosos coros: Orfeón Pamplonés, Orfeón Donostiarra, Orfeó Catalá, Coral Andra Mari, Coro Easo, Kanta Cantemus, Coro San Fermín, Coral de Etxarri Aranatz, Niños Cantores de Navarra, Coral Erkudengo Ama de Alsasua, o Coro Aizaga. Cabe destacar que su obra Pater Noster, estrenada por el Orfeón Pamplonés el pasado 24 de noviembre, será la pieza obligada en la modalidad de polifonía del prestigioso Concurso de Masas Corales de Tolosa en su edición de 2012.
Del total de la producción de Lorenzo Ondarra (casi 170 obras), destacan sus composiciones de obras corales (136) y para txistu (14). Fue premiado en numerosos concursos de composición, y el reconocimiento más reciente lo recibió en noviembre de 2011, cuando se le entregó la medalla de oro de la Federación de Coros de Navarra y de la Asociación de Txistularis de Euskal Herria. (Fuente: Diario de Noticias)
In memoriam.
Le debo compañerismo, humor, orgullo por sus éxitos, ejemplo de exquisitez... Y le debo el tiempo perdido al no ofrecerle mi chabola para su descanso o trabajo. En mi no morirás, Ismael/Lorenzo
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